IRM específica con el O-scan en la St. Augustine Clinic

El requisito principal para la elección del sistema de IRM era el tamaño. El sistema no debía ocupar mucho espacio en nuestra clínica y tenía que poder instalarse en una sala de tratamiento. Como centro especializado en las extremidades inferiores, el sistema elegido debía ser algo que pudiera utilizarse de rodilla para abajo y ofrecer las imágenes de calidad necesarias y, además, hacerlo rápidamente, para que el Dr. Lebeau obtuviera una respuesta para el paciente de la forma más rápida posible.

P. ¿Fue fácil planificar el proyecto?

La instalación del equipo resultó fácil por lo que a mí respecta Recuerdo cuando empezamos a pensar en la ubicación del edificio en la que íbamos a colocar esto. La empresa, Esaote, se encargó realmente de todo, desde la elección del emplazamiento dentro del edificio hasta la verificación de la viabilidad técnica. Y trabajamos juntos para elaborar ese plan.

P. ¿Qué ventaja tiene para usted poder contar con un equipo de IRM en su centro?

Resulta que tengo mi equipo de IRM justo en el pasillo en el que atiendo a los pacientes, y esto funciona muy bien, porque es fácil para mi personal y fácil para mí. Incluso puedo entrar en la sala , ver cómo está el paciente y asegurarme de que se sienta cómodo. Esaote lo configuró para que se integrara bien con mi flujo de trabajo, y ha sido increíble tenerlo dentro del centro.

P. ¿Cómo promociona y hace saber a los pacientes que cuenta con un equipo de IRM en sus instalaciones?

La forma en que promocionamos el equipo de IRM dentro de la clínica ha sido más o menos la misma en la que yo promociono todo dentro de mi clínica, y es que me encanta hablar. A todos los pacientes que entran por la puerta les cuento cuáles son nuestros servicios, y eso incluye la posibilidad de realizar una IRM. Por ejemplo, les digo a los pacientes algo así como lo siguiente: «La radiografía indica que puede que tenga osteomielitis, así que vamos a tener que hacerle una IRM. Y, por cierto, el equipo está justo al otro lado del pasillo, así que no tiene que ir a ninguna parte».

P. ¿Qué opina de tener un sistema de IRM específica?

La elección de adquirir un sistema dedicado de campo bajo fue importante para mí por la forma en la que podía utilizarlo. Un sistema de IRM grande convencional iba a ocupar mucho más espacio y yo no necesitaba algo así, pues solo me dedico a las extremidades. Además, al tratarse de un equipo de campo bajo, puedo hacer cosas que antes no habría hecho. Por ejemplo, no enviaría a alguien con un implante metálico y con un posible absceso a un equipo de campo alto en el hospital. Sin embargo, ahora puedo hacerlo aquí y hacerlo mejor. La IRM de campo bajo es mucho menos sensible al metal, por lo que podemos obtener imágenes diagnósticas magníficas utilizando nuestra máquina, incluso en el caso de que el paciente lleve un implante.

P. ¿Cómo reaccionan los pacientes a la IRM con el O-scan?

La reacción del paciente suele comenzar con una expresión de miedo en su rostro. Y, cuando esto ocurre, sé que el paciente ya ha se ha sometido a una IRM en el pasado. En esos momentos, resulta agradable poder darme la vuelta hacia la sala de tratamiento del otro lado del pasillo y decir: «Ahí está nuestro equipo de IRM. Es un aparato no claustrofóbico y no tubular en el que se sentirá completamente cómodo. Podrá relajarse; no necesitará música ni tranquilizantes, pues todo lo que tiene que hacer es poner el brazo o la pierna allí, y nosotros obtendremos la imagen que necesitamos». Es realmente magnífico poder ayudar a un paciente a sentirse más cómodo a la hora de someterse a una IRM.

P. ¿Cuál es su reacción ante la calidad de imagen que ofrece la IRM del O-scan de Esaote?

La calidad de imagen del O-Scan es similar a la de una IRM convencional para nuestros usos. Lo bueno de esto es que, como solo estamos obteniendo imágenes de una extremidad, no necesitamos un equipo hospitalario convencional de campo alto. La calidad de imagen es, y ha sido, magnífica.

P. ¿En qué otras áreas clínicas ha podido obtener imágenes?

A veces un paciente llega con una lesión, pero no sé si hay una fractura, porque no puedo verla en la radiografía digital. Sin embargo, en la IRM aparecerá la fractura oculta.
Ha habido ocasiones en las que mi elección ha sido no realizar una IRM, pero ahora lo hago porque la tengo en el centro, incluso para cosas como un desgarro parcial del tendón de Aquiles. También utilizo la IRM para el neuroma de Morton, que todos diagnosticamos más o menos de forma clínica. No obstante, ahora resulta gratificante verlo en una imagen antes de iniciar un tratamiento agresivo.
Otras cosas para las que la he utilizado son las fracturas de esfuerzo. Las imágenes obtenidas en una IRM son impresionantes en el caso de las fracturas de esfuerzo, pues pueden verse antes de obtener las imágenes con una radiografía digital. Las fracturas de esfuerzo de los huesos sesamoideos son muy difíciles de diagnosticar con radiografías, pero con una IRM resulta tremendamente sencillo.

P. ¿Qué consejo adicional le daría a alguien que esté pensando en la posibilidad de incorporar un servicio de IRM en su clínica?

Si me preguntaran qué consejo daría o me gustaría haber dado, sería el siguiente: «¿Por qué no hice esto antes?», porque sin duda ha supuesto un enorme beneficio para mi consulta.
Al fin y al cabo, la IRM es una situación en la que tanto médicos como pacientes salen ganando; para la consulta, evita que el dinero se vaya a otro sitio, pues lo mantiene en el centro y, además, ofrece una herramienta para ejercer una medicina más eficaz y más rápida. Y los pacientes lo valoran y lo agradecen.