España (Español)
Ramona De Luca, Avellino, Italia, 1984.
Es doctora en ingeniería biomédica y trabaja como ingeniera acústica en Esaote. Con más de diez años de experiencia en el campo de la ecografía, cambió el mundo académico por la industria para dar rienda suelta a su mentalidad empresarial. El entusiasmo, la sociabilidad, la pasión y el pensamiento independiente son los pilares de su vida personal y profesional.
Cada uno de nosotros habita un territorio complejo que habla el lenguaje secreto de la naturaleza. Para ser explorado y protegido, necesita mapas cada vez más precisos y exactos. La ecografía es como un cartógrafo que escucha y traza el atlas del cuerpo humano, mostrándonos las perspectivas correctas y las vías que se pueden tomar.
La ciencia influye cada vez más en la vida humana, generando sin cesar multitud de conocimientos que repercuten en nuestras ideas, hábitos, esperanzas, vida familiar y social, organizaciones políticas y económicas. Tiene el poder de provocar cambios cada vez más rápidos, que solo resultarán correctos y beneficiosos si hacen que nuestras vidas sean dignas, armoniosas y felices. El equilibrio entre el conocimiento y la sabiduría es un factor importante para que la tecnología –definida por el filósofo y matemático británico Bertrand Russell como «el brazo armado de la ciencia» –pueda brindar los medios para satisfacer diferentes propósitos y deseos, frenando la sensación de poder ilimitado de la humanidad, que es manipuladora y destructora de la naturaleza.
El uso de los ultrasonidos en medicina representa sin duda un ejemplo significativo de cómo la ciencia puede proporcionar herramientas maravillosamente potentes y capaces de beneficiar la vida cotidiana de la gente corriente. Además de la fascinación y el valor de una técnica de obtención de imágenes tan avanzada y compleja, que requiere la alianza de la física, la fisiología, la medicina, la ingeniería y la química, está la idea de la igualdad.
La ecografía no está concebida para una pequeña oligarquía de privilegiados, sino para el bienestar de todas las personas. Por su versatilidad y adaptabilidad gracias al amplio espectro de tecnologías y aplicaciones clínicas, ofrece soluciones avanzadas y personalizadas, al tiempo que desempeña un importante papel en la asistencia sanitaria en zonas remotas y rurales.
Los descubrimientos científicos pueden surgir a raíz de un amor desinteresado por el conocimiento, para generar comprensión, cultura y belleza, o por su uso concreto. En este último aspecto han desempeñado históricamente un papel sustancial la investigación y el desarrollo de tecnologías destinadas expresamente a fines militares. Espoleado por su curiosidad, el biólogo italiano Lazzaro Spallanzani descubrió a finales del siglo XVIII que los murciélagos no emplean la vista, sino el oído, para moverse por el entorno y detectar obstáculos y presas. Pero hubo que esperar hasta el siglo XX para que la ciencia demostrase que los murciélagos utilizan los ultrasonidos que emiten para orientarse y cazar. En años posteriores, ingenieros, físicos y médicos empezaron a formular hipótesis sobre el uso de los ultrasonidos para producir imágenes del abdomen, el cerebro y el corazón, explotando el principio operativo del SONAR (del inglés «SOund NAvigation and Ranging»), desarrollado originalmente durante la Primera Guerra Mundial para detectar la presencia y la posición de submarinos. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 cuando contamos con los primeros ecógrafos para uso clínico. Gracias a la impetuosa innovación tecnológica, hemos asistido desde entonces a una investigación progresiva de los detalles que forman el cuerpo humano mediante los ultrasonidos, reproducidos en un lenguaje mundialmente reconocido y comprendido.
El objetivo de la ciencia es generar un medio de obtención de conocimientos y realización de cambios que sea válido para todos los lugares, todos los pueblos y todas las culturas. El desafío estriba en la observación de fenómenos complejos y su descripción y representación/reproducción con herramientas sencillas, equilibradas y comprensibles, al servicio tanto del individuo como del organismo social. El físico alemán Albert Einstein fue uno de los pioneros del concepto del principio estético de la ciencia moderna: una teoría no solo debe explicar datos, sino que debe tener su propia belleza matemática. Una audaz analogía tanto con la función heurística como evaluativa de la belleza matemática en la teoría general de la relatividad permite argumentar que el significado de observar el interior del cuerpo humano mediante ultrasonidos puede comprenderse plenamente si genera una imagen del organismo no solo veraz, sino también armoniosa, completa y ordenada. Esta imagen debe combinarse con conocimientos de anatomía, con sus ejes y planos de referencia, y de fisiología para que puedan utilizarla el médico, o mejor dicho, todos los médicos.
La ciencia no es exacta, en el sentido de que conforme el conocimiento avanza está sujeto a cambios a un ritmo cada vez más vertiginoso. El físico, matemático y astrónomo inglés Isaac Newton fue puliendo su teoría de la gravitación universal a lo largo de veintiún años antes de publicarla. Ningún científico contemporáneo se atrevería a hacer lo mismo ahora, porque el panorama científico puede cambiar radicalmente en 21 años.
La ecografía médica se rige por la fuerza motriz de la innovación; asistimos a una veloz y continua expansión tecnológica que da lugar a nuevas perspectivas y herramientas en beneficio del cliente. En este contexto, la definición de cliente es doble: por un lado, el usuario (en general, el médico) y, por otro, el paciente. El objetivo es aumentar los beneficios y el rendimiento de los ultrasonidos tanto para el médico como para el paciente invirtiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías que proporcionen información diagnóstica adicional o complementaria a las técnicas convencionales. Por citar un ejemplo significativo, en 2002 Esaote introdujo la tecnología de imágenes de fusión para combinar imágenes ecográficas en tiempo real con imágenes de TC/RM/PET-TC. Además del desarrollo tecnológico destinado a un diagnóstico cada vez más preciso y fiable, la comunidad científica y tanto el mundo clínico como el industrial muestran un interés creciente por optimizar la aptitud para el uso y la ergonomía de la estación de trabajo (en particular del ecógrafo y la sonda) con el fin de reducir la incidencia de los trastornos musculoesqueléticos entre los profesionales de la ecografía.
Pensar con originalidad, investigar hipótesis radicales e introducir nuevas formas de pensar son las claves para seguir generando conocimiento, junto con la curiosidad y la pasión. En el ámbito médico, la creatividad y la innovación se suelen percibir inicialmente con escepticismo y pueden transcurrir varios años antes de que una invención sea reconocida y aceptada. Esta es la experiencia y el testimonio de la bióloga iraní-estadounidense Mina Bissell, cuyo trabajo ha cambiado nuestra forma de pensar en el cáncer. Una vez superadas las numerosas dudas iniciales sobre sus ideas poco ortodoxas acerca del crecimiento y el comportamiento del cáncer, su modelo basado en la interacción recíproca y dinámica de la forma y la función a nivel de la organización de los tejidos ha contribuido a numerosos avances en la comprensión de los mecanismos del cáncer y al desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos contra el cáncer. Mina Bissell es un excelente ejemplo de pasión, ingenio, tenacidad y valentía, unidos al amor por el conocimiento que impulsa el avance de la ciencia. A ello se le suma un sentido práctico que fomenta el éxito de las innovaciones en medicina y acelera la investigación traslacional.
En lo que respecta a la investigación aplicada y al desarrollo tecnológico por parte de las empresas, entran en juego los derechos de propiedad intelectual, ya que las empresas están orientadas tanto a los beneficios como al conocimiento. El equilibrio entre los intereses económicos y la investigación reside en la responsabilidad de garantizar la buena salud y el bienestar de todos. En este escenario, la cooperación, el intercambio y la implicación son esenciales para colaborar mediante la puesta en común de resultados y competencias, así como para adquirir nuevos conocimientos aplicando perspectivas inéditas.
Para incrementar la comunicación y el intercambio científico ha sido crucial la digitalización, que también ha contribuido a mejorar la comprensión de los conocimientos científicos y técnicos por parte de las personas legas. Todo ello favorece una sociedad científica democrática.
El progreso de la ciencia en general y la historia de los ultrasonidos en medicina en particular nos enseñan que, guiados por la pasión, la curiosidad, la sabiduría y la cooperación, podemos descubrir nuevos horizontes e introducir nuevas formas de pensar y actuar en el ámbito clínico, en beneficio de toda la humanidad.
