Anteponer los valores. La ética como práctica compartida

Cada organización es un ecosistema en cuyo interior se espera que diversos individuos se muevan en la misma dirección.
Para ello, las personas necesitan mapas y brújulas que les ayuden a desarrollar un instinto común con el tomar decisiones instantáneas y dedicar su tiempo a proyectos de valor añadido.

Un código deontológico es un código ético que atañe a los hábitos y elecciones universalmente considerados correctos e incorrectos en un determinado contexto social. La ética es el primer medio por el que una sociedad traza los límites dentro de los cuales es posible actuar en un contexto específico. Ello permite vivir mejor a quienes se mueven en esta esfera, protegidos de la conducta potencialmente peligrosa de otros y sin ser presa de continuas dudas sobre su comportamiento. Si hay que tomar decisiones instantáneas, el código ético de cualquier organización empresarial, por pequeña o grande que sea, proporciona un conjunto de normas basadas en una doctrina específica que tienen en cuenta diferentes necesidades. Esaote ha adoptado su propio código ético, arraigado en los valores fundacionales de la empresa; un conjunto de principios compartidos con los que pueden identificarse quienes trabajan para Esaote y quienes lo eligen para colaborar.

Trabajo en equipo

En este aspecto se esbozan un conjunto de normas compartidas que garantizan la seguridad en el trabajo, el respeto de la diversidad étnica y cultural, la transparencia y las buenas relaciones con los proveedores.

Compromiso

Esta sección define la responsabilidad de Esaote y de todo su personal para garantizar el cumplimiento de las leyes antimonopolio, las relaciones correctas con los clientes y el respeto a la competencia. Además, aporta la relevante definición de «abuso de posición» y traza la línea divisoria entre regalos y corrupción, con el fin de disipar cualquier ambigüedad en las relaciones con las partes interesadas. El conflicto de intereses es otra cuestión que, aunque conocida por el personal, se ha incluido en el este código para ayudar a crear una visión común en todos los países.

Integridad

Elementos como el uso y el tratamiento meticuloso de los datos, las relaciones con los médicos, el respeto de la propiedad intelectual y la información privilegiada afectan a la coherencia y la honradez de la empresa. La conducta negligente de un solo empleado en estos aspectos puede destruir la credibilidad y la identidad de toda la organización y, en consecuencia, la reputación de quienes trabajan en ella. Las normas y definiciones inequívocas contribuyen a erigir el prestigio y la fiabilidad de la marca.

Resultados

La información de calidad sobre los resultados obtenidos es un compromiso que trasciende las normas de vigentes de elaboración de informes. Producir y conservar documentos precisos y actualizados es una obligación hacia todos los públicos interesados en las actividades de la organización. Lo que puede parecer burocracia es en realidad una oportunidad de control para todos y constituye un capital de información importante, la única manera de orientar eficazmente las elecciones y las decisiones.

Orientación al cliente

Para quienes trabajan en Esaote desde hace tiempo, más que un valor, la orientación al cliente es una actitud natural que crece y se desarrolla en consonancia con el estilo de vida de la empresa. Como firma dinámica siempre abierta a nuevos recursos y talentos, hemos incorporado nuestro concepto de marketing al Código deontológico: decir la verdad, procurar mejorar continuamente la experiencia de nuestros clientes directos y sus usuarios, y participar con sensatez en el ecosistema que empieza fuera de las puertas de la empresa.

Nuestro Código deontológico representa así una brújula que ayuda a cada persona que habla en nombre de Esaote a transmitir los valores de toda la organización y a actuar como un solo organismo. No es un mero documento, sino un ejercicio de concienciación, que también se fomenta mediante cursos de formación en línea impartidos a través de una plataforma específica. Al simular posibles escenarios que podrían darse en el lugar de trabajo, el colaborador tiene la oportunidad de ejercitar su capacidad de resolución de problemas, practicando la toma de decisiones y obteniendo una retroinformación que refuerza la comprensión y el aprendizaje. El objetivo es moldear una ética común, limitando las situaciones de estrés y ambigüedad ante un dilema. Es importante que los empleados comprendan que existe una interconexión entre los comportamientos en la empresa y que los elementos intangibles (valores) sustentan cada vez más a los elementos tangibles, sobre todo cuando dejan de ser declaraciones de intenciones para convertirse en un sistema de preguntas y respuestas que facilita el proceso de toma de decisiones. Los principios fundacionales de una organización -para qué existe, en qué cree su personal- son esenciales para su éxito competitivo. Tomar una decisión le costará mucho menos si ya sabe qué valores representa y qué normas se aplican.

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