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En los últimos años, la atención a la sostenibilidad y la responsabilidad social de las empresas se ha intensificado en todo el mundo.
En muchos casos también ha generado contradicciones entre las intenciones de las organizaciones y sus decisiones estratégicas reales. En estos momentos, Italia vuelve a contener la respiración, preguntándose qué soluciones pueden aplicarse en el futuro para que la coexistencia entre la necesidad humana de libertad y seguridad no desencadene respuestas de defensa de la naturaleza. Con la urgente necesidad de abordar el cambio climático, la creciente escasez de recursos naturales y el aumento de las desigualdades, las organizaciones de todo el mundo se enfrentan a retos sin precedentes. En este contexto emerge un puesto profesional como catalizador del cambio dentro de las empresas: Chief Sustainability Officer (CSO) o Head of Sustainability.
El CSO es una figura de gestión responsable del desarrollo y la aplicación de estrategias sostenibles dentro de la organización. Su principal responsabilidad es garantizar que la empresa actúa de forma ética, reduce el impacto medioambiental y promueve el bienestar social. Antes la sostenibilidad podía considerarse un elemento opcional, pero ahora se ha convertido en una prioridad absoluta. La función de CSO resulta aún más crucial en las circunstancias actuales. La crisis climática, las desigualdades sociales emergentes, las políticas europeas y las consiguientes indicaciones estratégicas del plan de recuperación italiano (PNRR) empujan a las organizaciones a la consecución de un «éxito sostenible»,término introducido por el«código de gobierno corporativo»que entró en vigor el 31 de enerode2020. Se identifica en la capacidad de crear valor a largo plazo«en beneficio de los accionistas, teniendo en cuenta los intereses de otras partes interesadas relevantes para la empresa».
La transparencia, la equidad, el progreso compartido y la asistencia son los conceptos clave que deben propiciar cualquier relación con las personas y las organizaciones que tienen intereses dentro de la cadena de valor.
Un CSO bien cualificado puede guiar a la empresa por esta transición, identificando oportunidades de innovación sostenible y mejorando la reputación corporativa. A menudo, el CSO debe trabajar en estrecha colaboración con varios departamentos de la empresa para integrar la sostenibilidad en todas las fases del proceso de toma de decisiones.
Incluso a través de su contacto directo con el CEO, también influye en diversas etapas del proceso organizativo: desde la cadena de suministro y la producción hasta el marketing y la gestión del talento. El perfil de CSO estándar implica trabajar con partes interesadas externas, incluidos gobiernos, organizaciones no gubernamentales y comunidades locales, para establecer colaboraciones y abordar retos comunes. Más allá de la clara descripción de este perfil, en la actividad empresarial cotidiana la función de Head of Sustainability recae en personas que ya están altamente especializadas y cuya intensa labor directiva les impediría asumir todas las obligaciones que conlleva. En un escenario más probable, las tareas de un CSO recaen en equipos internos donde se integran las distintas especialidades desarrolladas a lo largo del tiempo en la empresa: relaciones públicas, gestión de recursos humanos, gestión de costes e investigación. La necesidad estratégica de las empresas de innovar en su modelo de producción para hacer frente a la crisis del cambio climático (que también es una crisis social) y reducir su impacto está vinculada a la posibilidad de prosperar a largo plazo, con beneficios económicos.
La mayoría de las organizaciones están incorporando este cargo y adaptándolo a los equilibrios organizativos existentes y a la sensibilidad de las redes de objetivos que conducen al resultado final. Para lidiar con esta complejidad, hay quienes deciden asignar el cargo a tiempo completo, a personas que ocupan otros puestos directivos, mientras que en otros casos se intenta enfocar y determinar su estrategia de sostenibilidad externamente. Partiendo de este punto de vista, el trabajo puede orientarse para empezar a reducir y regular el impacto medioambiental de la toma de decisiones en fabricación. Una última opción es rotar el cometido entre distintas personas para ampliar la visión compartida a lo largo del tiempo.
Las responsabilidades del CSO o de su equipo pueden variar según la organización, pero suelen incluir:
- Desarrollo y aplicación de una estrategia de sostenibilidad a largo plazo
- Identificación de las áreas en las que la organización puede mejorar su actuación sostenible
- Supervisión y elaboración de informes sobre la actuación de la organización en materia de sostenibilidad
- Colaboración con otros departamentos de la organización para integrar la sostenibilidad en toda la empresa
- Comunicación con partes interesadas internas y externas, como empleados, clientes, proveedores, inversores y comunidades locales, para proporcionar información sobre las políticas y prácticas de sostenibilidad de la organización y promover la adopción de comportamientos sostenibles
- Investigación y evaluación de nuevas tecnologías, materiales y procesos para mejorar la sostenibilidad de la organización.
Un requisito previo para los directivos que trabajan en estrategias de sostenibilidad son las habilidades blandas, como la comunicación eficaz, la capacidad de inspirar motivación para el cambio (liderazgo), la visión a largo plazo, la capacidad de colaboración, pero también la capacidad de realizar un análisis crítico de los datos. Flexibilidad y capacidad de adaptación en un entorno siempre cambiante para modificar estrategias y planes en tiempo real con arreglo a las circunstancias.
Si quisiéramos identificar los orígenes de esta función profesional, podríamos remontarnos a ciertos momentos clave en la historia del concepto de sostenibilidad corporativa, cuando el cargo de CSO comenzó a tomar forma. Uno de esos momentos fue la publicación en 1987 delinforme «Nuestro futuro común», comúnmente conocido como Informe Brundtland en honor a la presidenta de la comisión de las Naciones Unidas que dirigió el proyecto. El informe definía el desarrollo sostenible como«la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades».
Este concepto sentó las bases para la difusión del tema de la sostenibilidad y para la evolución de las funciones directivas en este campo. En los años 90 muchas empresas empezaron a crear puestos internos centrados en la responsabilidad social y medioambiental.
Sin embargo, el cargo de CSO como figura de la sostenibilidad estratégica no ha dejado de adquirir predominancia en los últimos años, en respuesta a la presión de las partes interesadas, incluidos los clientes, los inversores y las ONG, que exigen a las empresas un compromiso más férreo en términos de sostenibilidad. Aunque el término«Chief Sustainability Officer»no se haya acuñado en ningún momento o lugar concreto, la función de CSO ha aflorado paulatinamente en las últimas décadas.
Dentro de su compromiso con la sostenibilidad, Esaote también ha decidido introducir el cargo de CSO y formar un equipo específico para facilitar dentro de la organización la transición hacia una mayor sostenibilidad que definirá el futuro de la empresa. A quien asume este cargo también se le ha encomendado la tarea de supervisar y aplicar políticas de D+I (Diversidad e Inclusión) destinadas a cerrar la brecha de género y a garantizar que todos los empleados se sientan valorados, respetados y apoyados en su desarrollo y crecimiento profesional sin prejuicios por género biológico, edad, orientación sexual, etnia, discapacidad o características personales. Dos funciones de responsabilidad en las que trabajar por eléxito sostenible, que solo pueden desempeñarse como parte de una única posición.
